La enorme extensión de Picos de Europa y la variedad de ecosistemas facilita la existencia de una variada y compleja gama de representación animal, que va desde el oso hasta los pequeños roedores, pasando por una gran representación de aves rapaces. Se calcula que esta zona existe, al menos, 133 especies de aves, 44 de mamíferos y 32 de anfibios y reptiles.
Pero, sin duda, el animal representativo de las cumbres calizas de Picos de Europa es el rebeco. Este gran mamífero ungulado está plenamente consolidado en el Parque Nacional, con una presencia que no baja en ningún caso de los seis mil ejemplares repartidos por los tres macizos, aunque especialmente en los macizos centrales y occidental.
Es fácil ver la silueta de los rebecos en las cumbres rocosas desde cualquiera de los miradores y puertos que rodean Picos de Europa. El rebeco se agrupa en pequeñas manadas, salvo en el invierno, época en la que forma grupos mucho mayores, compuestos por machos, hembras y jóvenes. La época de celo tiene lugar entre los meses de noviembre y diciembre. Los machos más fuertes agrupan a las hembras y en algunos casos hasta luchan entre sí. Las hembras paren en primavera una sola cría. En el verano, los grupos de rebecos están constituidos generalmente por hembras y sus crías. Los jóvenes forman sus propios grupos y los machos se apartan y permanecen solitarios.
La caza del rebeco está prohibida en todo el Parque Nacional salvo en la provincia de León, donde la Junta de Castilla y León autoriza una "caza selectiva" de cierto número de ejemplares cada año.
Las hembras y los machos se suelen distinguir por sus cornamentas. Los machos tienen unos cuernos más gruesos y ganchudos que las hembras y éstas, además, los tienen más abiertos en las puntas. En verano, como ya se ha dicho, las hembras van seguidas de sus críos, mientras que los machos se aíslan.
Otro de los grandes mamíferos que habitan estos parajes es el oso pardo, cuya supervivencia ha estado muy amenazada, pero que en los últimos años parece haberse estabilizado en un número que garantizaría su continuidad, salvo en el macizo oriental donde la presencia del oso es prácticamente testimonial.
El lobo es otro de los animales míticos en Picos de Europa, tanto por ser objeto de leyendas y filandones como por la periódica demanda de control, para lo cual se organizan batidas controladas que tratan de limitar el daño que hacen al ganado y a los cultivos de los zonas limítrofes con el Parque Nacional. En el valle de Valdeón aún se conserva el "chorco" de los lobos, una especie de trampa fabricada con piedras y empalizadas a donde se atraía al oso para atraparlo y sacrificarlo.
El urogallo, una de las grandes aves de la península, es otro de los animales amenazados, al igual que el oso y el lobo. Cada vez es más difícil controlar las poblaciones estables de urogallos, que se localizan en el interior de los bosques, especialmente en los que abunda el abedul y el acebo. En época de celo, el urogallo despliega el plumaje de su cola y emite un canto muy característico.
Otros mamíferos abundantes son los corzos, ciervos, zorros, tejones, comadreja, gato montés, jineta o jabalíes. Estos últimos son, asimismo, objeto de polémica de forma periódica cada vez que su número crece de forma descontrolada y algunos ejemplares abandonan las laderas de las montañas para adentrarse en los cultivos de maíz.
El número de pequeños mamíferos, reptiles -víbora de Seone- y anfibios es innumerable. Lo mismo sucede con los pájaros y aves - el espectacular y bello mirlo acuático- en general, entre las que destacan las rapaces, muy abundantes y representativas, como el águila imperial, águila perdicera, búho real, buitre, cernícalo, azor, alimoche o ratoneros.
En los ríos y riachuelos abundan aún las truchas comunes, ya que la pesca está prohibida. En los ríos que van al Cantábrico nacen los salmones, tan preciados y cada vez más, tan escasos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario